sábado, 13 de diciembre de 2014

Amor incondicional, superar el sentimentalismo


Amor incondicional, superar el sentimentalismo

Dar-recibir          Tomar-pedir

¿Qué se necesita para lograr un equilibrio sano?

Cómo vivir una de las experiencias más importantes del ser humano
  • Amor incondicional
Virginia Satir, terapeuta familiar y escritora norteamericana, escribió acerca del amor incondicional un pequeño y profundo poema:
"Te quiero amar sin aferrarme, apreciarte sin juzgar, unirme a ti sin invadirte, invitarte sin exigir, abandonarte sin culpa, examinarte sin culpar y ayudarte sin insultar. Si puedo recibir lo mismo de ti, entonces podremos encontrarnos y enriquecernos de verdad".
Estas palabras impactan no sólo por su sencillez, sino también por el desafío que implican. Amar sin condiciones es el más extraordinario reto para los humanos.

Afectos condicionados
A la mayoría de personas se las educa desde pequeñas para lograr lo que quieren sea como sea. Esa actitud también influye en la manera en que se trata a los demás. Muchos suelen creer que los otros están al servicio de sus deseos. En los esquemas “consigue lo que necesitas”, “logra tus metas" o “alcanza tus ideales”, muchas veces se cae en el juego inconsciente de convertir a los demás en un medio para lograr un fin.
Emmanuel Kant (1724-1804), el filósofo alemán de la época moderna, tenía como lema de su vida “tratar a todo ser humano como un fin en sí mismo y nunca como un medio”. Esa es la premisa básica de una relación afectivamente sana.

¿Qué es el amor incondicional?
Simplemente, amar sin condiciones. Así de simple y complejo a la vez. El verdadero amor se da sin esperar nada a cambio.
Está tan maleado el sentido verdadero del amor que muchos suelen creer que éste sólo habita en una relación de reciprocidad. Sin embargo, eso no es un absoluto. El amor por definición se entrega sin esperar retribución. Al contrario, cuando se da a la espera de recibir algo o lo mismo a cambio, el amor deja de ser tal y se convierte en un trueque: tú me das y yo te doy, y si no me das no recibes nada.

Cine y amor romántico
Probablemente, uno de los componentes culturales más importantes del siglo XX que ha contribuido a configurar una idea errónea de las relaciones sea el cine. Con su romanticismo ha ido configurando un esquema equivocado del amor, convirtiéndolo no sólo en algo descartable, sino en un elemento que queda al arbitrio de los caprichos y de las necesidades (de la índole que sea) de los protagonistas.
Sin embargo, la industria fílmica de vez en cuando da sorpresas y presenta películas donde el amor se reivindica a sí mismo y deja esa pegajosa alquimia de sentimentalismos baratos y caprichos de adolescentes, para convertirse en serias reflexiones acerca del verdadero sentido de la vida.

Lejos de ella
Away From Her (traducida al español como Lejos de ella) es una película canadiense que se estrenó en el año 2007. Recibió dos nominaciones a los Oscar: mejor actriz para Julie Christie y mejor guión adaptado para Sarah Polley. Polley también dirigió la película, que es una adaptación de la novela The Bear Came Over the Mountains, escrita por Alice Munro.
Fiona (Julie Christie) y Grant (Gordon Pinsent), han vivido 50 años casados y han superado juntos momentos difíciles. En su vejez disfrutan de una convivencia tranquila en Ontario, Canadá. Sin embargo, esa estabilidad desaparece cuando ella comienza a sufrir pérdidas de memoria y descuidos frecuentes. Aquello es señal de que algo serio ocurre en su mente.
Con el fin de no cargar la vida de su esposo, Fiona insiste en ingresar a una institución. La vida de Grant, un ex-profesor universitario, se desestabiliza. Todo cambia de manera abrupta.
Poco a poco queda en evidencia que el Alzheimer que sufre Fiona no tiene vuelta atrás. Él se convierte en un sufriente espectador del deterioro mental de su esposa. Observa como poco a poco ella se va alejando de su vida. Sin embargo, él se mantiene a su lado.

Lealtad y compromiso
La historia es sobre la lealtad en el amor. Una forma de ver el amor no como un acto lleno de sentimentalismos, sino como una acción propia de la voluntad y de la decisión de amar pese a las circunstancias adversas. En ese caso, la enfermedad es la metáfora de fondo que permite entender que el amor es mucho más que sentimientos.
La película deja en evidencia que el amor verdadero es compromiso. El amor lo exige, es parte de su esencia. Ese es probablemente el mayor problema de hoy, de los sentimentalismos que no alcanzan a percibir que detrás de la nube de emociones con las cuales las personas se dejan impregnar, debe haber algo que permanezca en el tiempo, una realidad que trascienda la emoción y el sentimiento.
El amor, en su verdadera esencia y pureza. El amor marcado por el compromiso y la decisión, no simplemente por el vano sentir y gustar, expresiones propias de quienes se han dejado embaucar por lo efímero.

Gestos de generosidad
Siguiendo con la película que nos sirve de ejemplo, en ella aparece la figura de otro enfermo, al que Fiona se va acercando de una manera impresionante. Grant ve como su esposa se aleja de él mientras comienza, en su enfermedad, a amar a otro hombre. El momento crucial de la película es cuando él, por amor a ella, crea las condiciones para que ese hombre, llamado Aubrey (Michael Murphy), vuelva a la residencia de donde ha salido por problemas económicos, y de ese modo su esposa pueda ser feliz cuidándole.
Es una película sin estridencias ni disonancias, como debe ser el amor incondicional. Calmo en el compromiso y leal en la amistad duradera.

Desde las Constelaciones Familiares de Bert Hellinger




Autoestima y Asertividad



La Autoestima está relacionada con la confianza en uno mismo.
Existen necesidades reales y otras que no lo son aunque a veces así lo pensemos.
La Autoestima está relacionada con el amor incondicional hacia uno mismo.
La Autoestima orienta la acción hacia el logro de los objetivos y el bienestar general.

Nadie puede dar lo que carece y para enriquecer la propia fuente es necesario sentirnos merecedores de lo mejor; dar enriquece; tomar del otro, lo hace generoso, saber pedir y saber recibir fomentan la GRATITUD… y así, el amor crece y las relaciones perduran!!!

Otros conceptos de Autoestima, relacionados de alguna forma con los que ya hemos expuesto arriba, sugieren que:

·         Es el juicio que hago de mí mismo.
·         La sensación de que encajo y de que tengo mucho por dar y recibir.
·         La convicción de que con lo que soy basta para funcionar; que no tengo que incorporar nada nuevo a mi vida, sino reconocer aspectos de mí que no he concientizado, para luego integrarlos.
·         La reputación que tengo ante mí mismo.
·         Es una manera de vivir orientada hacia el bienestar, el equilibrio, la salud y el respeto por mis particularidades.

La Autoestima es siempre cuestión de grados y puede ser aumentada, ya que si lo vemos con cuidado, concluiremos que siempre es posible amarnos más, respetarnos más o estar más conscientes de nosotros y de la relación que tenemos con todo lo que nos rodea, sin llegar a caer en el narcisismo o egoísmo, que es cuando sólo podemos amarnos a nosotros mismos.

Sentir que algo falta en la vida, que no se está pleno y que se tienen ciertos sentimientos de los cuales no se puede explicar su procedencia, pueden tener respuesta en la propia familia, base de nuestra composición y a través de la cual vamos construyendo nuestra existencia.

Mediante las constelaciones familiares – método de intervención terapéutica creado por el filósofo alemán Bert Hellinger y que “se basa en el orden, el amor, el equilibrio entre el dar y el tomar y la reubicación de los vínculos” – es posible encontrar respuestas a esta aparente y constante inquietud que lleva a algunas personas a pasar mucho tiempo en una suerte de agujero de cuya existencia no tienen explicación.

Según esta teoría, ser parte de un sistema familiar significa entre otras cosas, tener claros desde la infancia ciertos valores y principios, los que generan en cada uno de nosotros el sentido de pertenencia a este núcleo. Esto en el caso de los niños, será fuente de amor incondicional hacia su sistema, sin importar cómo éste se desarrolle.

De esta manera, “todo aquello que no es habitual en nuestro entorno familiar o que es mal visto por los nuestros, nos generará miedo, desconfianza” o simplemente una difícil integración.

Por otro lado, el método enuncia que cualquier cosa que se reprima dentro de una familia, tenderá a “aflorar de nuevo en busca de orden”, entendiendo también a la represión como la forma de “enterrar” destinos difíciles que pudieron haber ocurrido en el pasado de la familia y que “han dejado huellas profundas” dentro de la información psíquica y del inconsciente colectivo del núcleo.

Estos sucesos dolorosos podrían trascender en el tiempo, “generando síntomas que se pondrían de manifiesto tarde o temprano en los más sensibles”, los que generalmente son hijos, nietos o descendientes de generaciones posteriores.

Las palabras de Bert Hellinger… “Quien se considera demasiado noble para enojarse, destruye la relación”, hablaba un poco de la importancia de establecer un equilibrio en nuestras relaciones…él partía de que debe existir una compensación regida por el amor y se diferencia solo en el caso de los padres que dan sin límites y de cuando en cuando ceden…

Es hermosa la capacidad de servicio en la que doy sin esperar recompensa…pero cabe preguntarse si en realidad servimos al otro…cuando le damos sin tomar en cuenta lo que esa persona desea …así nos vamos relacionando con este “falso amor”, el cual genera un profundo dolor, tanto para la persona que da (porque sentirá que su corazón se desgarra si ni siquiera recibe una muestra de afecto o sentirá que merece ser canonizado)… y también para la persona que recibe que se le van llenando las manos de regalos inútiles que solo le impiden su libre movilidad (y siente una gran culpabilidad de no tener las manos vacías para poder siquiera abrir algunos de estos regalos).

El verdadero amor trae un equilibrio entre el dar y el recibir…el amor no se da con la finalidad de “ganar el amor del otro” ni se rechaza porque “no soy lo suficientemente buena como para merecerlo”.
El amor siempre es un acto de reconocimiento… cuando encuentras a la persona que amas, un acto de reconocimiento antiguo nos reúne. Es como si millones de años antes de que la naturaleza abriera un circulo sagrado y de pronto en el amor se cierra y tenemos la seguridad que lo que hay de antiguo entre ambos nos cuidará, abrigará y unirá. Cuando dos personas se enamoran, pasan de la soledad del exilio a la casa única de su comunión. Se agradece al universo, a Dios el que esa persona apareciera por fin en nuestras vidas…cada una reconoce en la otra a aquella en la cual su corazón encontrará refugio. El amor jamás debe ser una carga, porque hay algo más entre ambos que la presencia mutua y uno de los grandes poderes del amor es el equilibrio, que nos ayuda a alcanzar la transfiguración. Cuando dos personas se unen, un círculo antiguo se cierra en torno de ellos. Asimismo, no llegan a la unión con las manos vacías, sino repletas de obsequios.

"Quien eres depende de tres factores: lo que heredaste, lo que tu entorno hizo de ti, y lo que tú has hecho de tu entorno y de tu herencia con tu libre elección".
Aldous Huxley

¿Te has preguntado alguna vez por qué te pasa lo que te pasa? ¿Cuáles son las fuerzas y motivaciones que te hacen actuar como actúas, sentir como sientes, pensar como piensas?
Sigmund Freud nombró el inconsciente como origen. Se lo podría imaginar como el centro de control automático. La investigación científica actual sobre el cerebro humano dice que el 98% de las actividades de nuestro cerebro son inconscientes. Esto nos da una idea de lo mucho que no sabemos. O de lo poco que sabemos.
Bert Hellinger descubrió que la instancia inconsciente en uno que vela sobre las relaciones con su familia, y de igual manera sobre su relación con otros grupos a los que pertenece, son las conciencias. Se puede distinguir la conciencia individual, la conciencia del grupo y la conciencia del colectivo entero que es la humanidad. La conciencia no es lo mismo que la moral o la ética, sino que funciona más bien como el sentido de equilibrio, que nos indica cuándo estamos en peligro de caer.
La conciencia nos indica cuándo nos alejamos del grupo, poniendo así en peligro nuestra pertenencia a él.



LA MUERTE Y LA VIDA, DOS CARAS DE UNA MONEDA

"La vida es una salida y la muerte una entrada.

Tres de cada diez son amigos de la vida.

Tres de cada diez son amigos de la muerte.

Tres también de cada diez son los que, mientras viven, se acercan a la muerte.

¿A qué se debe esto?

A que se aferran a la vida".

Lao Tse

¿QUÉ ES EL DESTINO?

"El corazón de aquél que ha comprendido que lo presente está en resonancia con lo pasado, tanto en lo bueno como en lo malo, late en sintonía con el mundo".

Bert Hellinger

Cada persona es concebida gracias a sus padres particulares, nace en el seno de su familia particular, vive una vicia particular. Su camino particular le ha conducido al lugar donde se encuentra.

Quizás haya tenido un recorrido agradable, o tal vez marcado por las dificultades y el dolor. Pero uno es quien es gracias a todo y a todos los que formaron su camino. Está viviendo su destino particular.

Es bastante común lamentarse de que hayan tocado estos padres y no otros, de que ocurriera esto o lo otro, etc. Detrás de esta queja se esconde el deseo de tener un pasado distinto, como si de esta manera uno pudiera ser más feliz de lo que es. Pero si algo hubiese sido diferente, ya no seríamos los mismos, seríamos otros. Son nuestra herencia, el entorno y nuestro camino recorrido, nuestras acciones y omisiones, las que en suma nos han hecho quienes somos. Todo ello forma nuestro destino. El destino particular incluye todo lo que nos ha pasado, y sus consecuencias para el presente y el futuro. Por regla general toda persona tiene la fuerza necesaria para sostener su destino, sea cual sea.

Crecemos y maduramos gracias a dos fuentes: una contiene todo lo que nos nutre y todo lo que nos dieron. La otra lo que se nos opone y lo que no recibimos. Gracias a que la vida está hecha así no andamos cojos. En las Constelaciones Familiares uno de los, principales actos sanadores es poder asentir a nuestro destino particular. Si eres feliz o si te sientes desdichado, da lo mismo; la vida sigue.

Mientras uno se pelea con su pasado está mirando atrás, lo que le quita fuerza para vivir plenamente su vida en el presente. Cuando aceptamos nuestra vida, tal como es y como ha sido, estamos en sintonía con nuestro destino. En esta aceptación nos fortalecemos en la vida. ¿A dónde nos llevará el destino? Hasta que llegue la muerte esto es una incógnita, pero errando aprendemos a aliarnos con nuestro destino, estando en sintonía con él, somos libres para lo que venga. Ésta es otra de esas bellas paradojas de nuestra existencia, que ganamos libertad de cara al presente y al futuro cuando aceptamos la vida tal y como es.

LAS CUATRO PIEDRAS ANGULARES DE UNA PAREJA

"¿Qué hace que unas parejas funcionen y otras no? ¿Qué da estabilidad a una relación y qué crea una crisis permanente? Básicamente son cuatro las piedras angulares que, en su conjunto, posibilitan la construcción del hogar. Si falta una de ellas o se encuentra debilitada, la casa es inestable; si faltan varias, es probable que la pareja no dure a largo plazo.

La primera piedra angular es el amor. En el enamoramiento se crea un primer vínculo entre dos personas que las impulsa a comenzar una relación. La consumación sexual sella este vínculo.

Después de un tiempo, uno se da cuenta de que el otro no es perfecto, de que tiene sus luces y sus sombras. Es un acto de amor aceptar al otro tal como es, a sus raíces familiares y también a su destino, que es distinto del propio. El compromiso matrimonial profundiza todavía más el vínculo. Lo contrario del amor no es el odio, que al igual que el amor mantiene el vínculo, sino la indiferencia, Es en la indiferencia donde muere el vínculo y el desinterés sexual lo debilita.

La segunda piedra angular es la presencia. Es la experiencia de caminar juntos. Si uno de los miembros de la pareja no está presente, el otro se siente solo, no visto. A veces uno sigue "enredado" en una anterior pareja y esto hace que no esté del todo libre y presente para su actual pareja.

También puede encontrarse inmerso en una dinámica de "mirar hacia atrás" y prestar más atención a su familia de origen que a su familia actual. Otro motivo de que uno de los miembros de la pareja esté ausente es la adicción al trabajo, al igual que cualquier otro tipo de adicción. Si la pareja se forma entre dos personas "ausentes", no se vive la falta de presencia como una dificultad aunque, visto desde fuera, pareciera que dicha pareja vive "vidas paralelas" que una vida en común.

La tercera piedra angular es la responsabilidad. Una pareja es una relación entre iguales. Cada uno debe asumir su parte de la responsabilidad respecto a la relación. De esta manera ambos la cuidan.

Cuando uno exige al otro que le dé lo que sus padres no le dieron, y se siente con derecho a ello, se coloca en una actitud infantil. De esta forma no se hace responsable de sus propias carencias y necesidades, cargando a su pareja con sus exigencias. De la misma manera, se crea una relación desigual cuando uno se siente responsable del otro, como si fuera su padre o su madre. A menudo estas dos actitudes se complementan, haciendo juego.

La cuarta piedra angular es el aprecio. Como aprecio al otro, también aprecio lo que me puede dar y lo acepto agradecido. Eso hace que me surja el impulso de devolverle algo mío, porque en el fondo me siento en deuda. Así se crea entre la pareja un intercambio rico, que la fortalece. Cuando no lo aprecio o lo desprecio — aunque le quiera — no me vale lo que me da, y por eso no siento la necesidad de devolverle algo mío. Se crea un desequilibrio entre el dar y el tomar que amenaza la continuidad de la pareja. Cuando los dos se desprecian, se produce un intercambio de descalificaciones, insultos, reproches,... Paradójicamente esto también fortalece la pareja, aunque se trate de un intercambio pobre.

El conjunto de estas cuatro piedras angulares hace que uno renuncie a las demás posibilidades de pareja en el mundo y a la fantasía de la felicidad perfecta. Esta renuncia es el tejado que protege el hogar. Como amo a mi pareja, la tomo como es. Como quiero estar presente, no voy a buscar otra relación. Mi responsabilidad por la continuidad de la pareja exige que me haga cargo de mis carencias personales. Y es finalmente el aprecio por mi pareja lo que me hace elegirla a ella. Porque así lo quiero”.

LA CONTABILIDAD EN LA PAREJA

"Cuando dos personas se unen, la felicidad consiste en que sumen y no resten".

Una pareja es un encuentro entre iguales. En consecuencia es necesario que los dos den y que los dos tomen, y es este intercambio lo que mantiene a la pareja viva y lo que le hace crecer y florecer.

Parece una obviedad, pero muchas parejas acaban separándose porque descuidan este aspecto fundamental.

Como quiero a mi mujer y aprecio lo que me aporta, me gusta ofrecerle algo que le haga sentirse bien. Ella lo recibe con gusto, y de allí le surge un impulso de darme algo. Lo recibo también con gusto y de nuevo me surge el impulso de ofrecerle otra cosa. Los dos estamos inmersos en una "dinámica de compensación".

Tenemos un sentido muy fino respecto al equilibrio en las relaciones humanas, un sentido que indica en cada momento la compensación adecuada. Cuando alguien piensa que ha recibido más de lo que ha dado, se siente en deuda con la otra persona y quiere devolverle algo. De esta forma se restablece el equilibrio y ambos se sienten bien. Pero este equilibrio no es estático, sino que está en permanente cambio, pues ambos interactúan continuamente. Cuanto más intercambien, más se nutrirá su relación y más se fortalecerá el vínculo que les une. De esta manera se crea un "intercambio rico".

Cuando un miembro de la pareja da mucho y el otro poco, o cuando una persona toma poco de lo dado por la otra, se crea un desequilibro que a la larga pudre los cimientos del matrimonio. Cuando finalmente se rompe la relación, a menudo es la persona que más ha recibido la que se marcha. Se siente tan en deuda con su pareja que ya no puede compensarle. Este malestar se manifiesta en una relación cada vez más crispada, hasta llegar a la ruptura.

Lo mismo ocurre cuando uno da mucho y recibe menos. Tal vez el que da mucho no sabe pedir o no muestra su necesidad, y con esto pone en peligro la relación. O no quiere tomar, que sería otro aspecto. También aquí se crea un desequilibrio que hace que el intercambio se atasque con el tiempo, y lo único que crece es la sensación de insatisfacción. Sea como sea, la responsabilidad es siempre de los dos, que han descuidado el equilibrio de su intercambio.

A veces una pareja se inicia en una situación desequilibrada. Por ejemplo cuando uno de ellos es rico y el otro pobre, el uno sano y el otro enfermo, el uno con hijos de la relación anterior y el otro no, cuando hay una considerable distancia de edad entre los dos, o cuando uno es de un país extranjero y sin raíces en el país en el que reside. Todo esto complica la relación y hay que tenerlo en cuenta.

Puede funcionar, y en muchos casos lo hace, pero segura-mente funciona mejor cuando los dos cuidan conscientemente estas diferencias, buscando un equilibrio. A veces la única forma de compensar una ventaja propia es reconocerla y dar las gracias de todo corazón a la pareja.

Además existe una forma de intercambio extraño en una pareja: lo llamo el "intercambio pobre".

También aquí se dan el uno al otro, pero son insultos, reproches, descalificaciones o broncas. Han perdido el aprecio mutuo, y por eso ya no les vale que el otro dé, y lo único que queda es un discurso turbio de reclamaciones. Paradójicamente este intercambio también fortalece el vínculo que les une.

Puede incluso que permanezcan así enzarzados durante toda su vida.

Lo opuesto al amor no es el odio, como se piensa generalmente, ya que tanto el uno como el otro mantienen vivo el intercambio y nutren el vínculo entre dos personas. Es en el desinterés hacia el otro donde se desvanece el vínculo y muere el amor.

 

En estos conceptos habita una sabiduría de vida que procura que prevalezca el ORDEN, EL EQUILIBRIO, LA PERTENENCIA, para que fluya el amor y la relación crezca y madure.

Concientizar estos principios es fundamental para la edificación de sanas relaciones y para preservar el vínculo… Despierta la conciencia, actuamos en consecuencia y el AMOR FLUYE!


 

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