Amor incondicional, superar el sentimentalismo
Dar-recibir Tomar-pedir
¿Qué se necesita para lograr un equilibrio
sano?
Cómo vivir una de las experiencias más importantes del ser humano
- Amor
incondicional
Virginia Satir, terapeuta familiar y escritora norteamericana, escribió
acerca del amor incondicional un pequeño y profundo poema:
"Te quiero amar sin aferrarme, apreciarte sin juzgar, unirme a ti
sin invadirte, invitarte sin exigir, abandonarte sin culpa, examinarte sin
culpar y ayudarte sin insultar. Si puedo recibir lo mismo de ti, entonces
podremos encontrarnos y enriquecernos de verdad".
Estas palabras impactan no sólo por su sencillez, sino también por el
desafío que implican. Amar sin condiciones es el más extraordinario reto para
los humanos.
Afectos condicionados
A la
mayoría de personas se las educa desde pequeñas para lograr lo que quieren sea
como sea. Esa actitud también influye en la manera en que se trata a los demás.
Muchos suelen creer que los otros están al servicio de sus deseos. En los
esquemas “consigue lo que necesitas”, “logra tus metas" o
“alcanza tus ideales”, muchas veces se cae en el juego inconsciente de
convertir a los demás en un medio para lograr un fin.
Emmanuel Kant (1724-1804), el filósofo alemán
de la época moderna, tenía como lema de su vida “tratar a todo ser humano
como un fin en sí mismo y nunca como un medio”. Esa es la premisa básica de
una relación afectivamente sana.
¿Qué es el amor incondicional?
Simplemente,
amar sin condiciones. Así de simple y complejo a la vez. El verdadero amor se
da sin esperar nada a cambio.
Está tan
maleado el sentido verdadero del amor que muchos suelen creer que éste sólo
habita en una relación de reciprocidad. Sin embargo, eso no es un absoluto. El
amor por definición se entrega sin esperar retribución. Al contrario, cuando se
da a la espera de recibir algo o lo mismo a cambio, el amor deja de ser tal y
se convierte en un trueque: tú me das y yo te doy, y si no me das no recibes
nada.
Cine y amor romántico
Probablemente,
uno de los componentes culturales más importantes del siglo XX que ha
contribuido a configurar una idea errónea de las relaciones sea el cine. Con su romanticismo ha ido
configurando un esquema equivocado del amor, convirtiéndolo no sólo en algo
descartable, sino en un elemento que queda al arbitrio de los caprichos y de
las necesidades (de la índole que sea) de los protagonistas.
Sin
embargo, la industria fílmica de vez en cuando da sorpresas y presenta
películas donde el amor se reivindica a sí mismo y deja esa pegajosa alquimia
de sentimentalismos baratos y caprichos de adolescentes, para convertirse en serias
reflexiones acerca del verdadero sentido de la vida.
Lejos de ella
Away From
Her
(traducida al español como Lejos de ella) es una película canadiense que
se estrenó en el año 2007. Recibió dos nominaciones a los Oscar: mejor actriz para Julie Christie y mejor guión adaptado para Sarah Polley. Polley también dirigió la
película, que es una adaptación de la novela The Bear Came Over the
Mountains, escrita por Alice Munro.
Fiona
(Julie Christie) y Grant (Gordon Pinsent), han vivido 50 años casados y han
superado juntos momentos difíciles. En su vejez disfrutan de una convivencia
tranquila en Ontario, Canadá. Sin
embargo, esa estabilidad desaparece cuando ella comienza a sufrir pérdidas de
memoria y descuidos frecuentes. Aquello es señal de que algo serio ocurre en su
mente.
Con el
fin de no cargar la vida de su esposo, Fiona insiste en ingresar a una
institución. La vida de Grant, un ex-profesor universitario, se desestabiliza.
Todo cambia de manera abrupta.
Poco a
poco queda en evidencia que el Alzheimer que
sufre Fiona no tiene vuelta atrás. Él se convierte en un sufriente espectador
del deterioro mental de su esposa. Observa como poco a poco ella se va alejando
de su vida. Sin embargo, él se mantiene a su lado.
Lealtad y compromiso
La
historia es sobre la lealtad en el amor. Una forma de ver el amor no como un
acto lleno de sentimentalismos, sino como una acción propia de la voluntad y de
la decisión de amar pese a las circunstancias adversas. En ese caso, la
enfermedad es la metáfora de fondo que permite entender que el amor es mucho
más que sentimientos.
La
película deja en evidencia que el amor verdadero es compromiso. El amor lo
exige, es parte de su esencia. Ese es probablemente el mayor problema de hoy,
de los sentimentalismos que no alcanzan a percibir que detrás de la nube de emociones con las
cuales las personas se dejan impregnar, debe haber algo que permanezca en el
tiempo, una realidad que trascienda la emoción y el sentimiento.
El amor,
en su verdadera esencia y pureza. El amor marcado por el compromiso y la
decisión, no simplemente por el vano sentir y gustar, expresiones propias de
quienes se han dejado embaucar por lo efímero.
Gestos de generosidad
Siguiendo
con la película que nos sirve de ejemplo, en ella aparece la figura de otro
enfermo, al que Fiona se va acercando de una manera impresionante. Grant ve
como su esposa se aleja de él mientras comienza, en su enfermedad, a amar a
otro hombre. El momento crucial de la película es cuando él, por amor a ella,
crea las condiciones para que ese hombre, llamado Aubrey (Michael Murphy), vuelva
a la residencia de donde ha salido por problemas económicos, y de ese modo su
esposa pueda ser feliz cuidándole.
Es una
película sin estridencias ni disonancias, como debe ser el amor incondicional.
Calmo en el compromiso y leal en la amistad duradera.
Desde las Constelaciones Familiares de Bert Hellinger
Autoestima y Asertividad
La Autoestima está relacionada con la
confianza en uno mismo.
Existen
necesidades reales y otras que no lo son aunque a veces así lo pensemos.
La
Autoestima está relacionada con el amor incondicional hacia uno mismo.
Nadie puede dar lo que carece y para enriquecer la propia fuente es
necesario sentirnos merecedores de lo mejor; dar enriquece; tomar del otro, lo
hace generoso, saber pedir y saber recibir fomentan la GRATITUD… y así, el amor
crece y las relaciones perduran!!!
Otros conceptos de Autoestima, relacionados de
alguna forma con los que ya hemos expuesto arriba, sugieren que:
·
Es el juicio que hago de
mí mismo.
·
La sensación de que
encajo y de que tengo mucho por dar y recibir.
·
La convicción de que con
lo que soy basta para funcionar; que no tengo que incorporar nada nuevo a mi
vida, sino reconocer aspectos de mí que no he concientizado, para luego
integrarlos.
·
La reputación que tengo
ante mí mismo.
·
Es una manera de vivir
orientada hacia el bienestar, el equilibrio,
la salud y
el respeto por
mis particularidades.
La Autoestima es siempre cuestión de grados y puede ser aumentada, ya
que si lo vemos con cuidado, concluiremos que siempre es posible amarnos más,
respetarnos más o estar más conscientes de nosotros y de la relación que
tenemos con todo lo que nos rodea, sin llegar a caer en el narcisismo o
egoísmo, que es cuando sólo podemos amarnos a nosotros mismos.
Sentir que algo falta en la vida, que no se está pleno y que se tienen
ciertos sentimientos de los cuales no se puede explicar su procedencia, pueden
tener respuesta en la propia familia, base de nuestra composición y a través de
la cual vamos construyendo nuestra existencia.
Mediante las constelaciones familiares – método de intervención
terapéutica creado por el filósofo alemán Bert Hellinger y que “se basa en el
orden, el amor, el equilibrio entre el dar y el tomar y la reubicación de los
vínculos” – es posible encontrar respuestas a esta aparente y constante
inquietud que lleva a algunas personas a pasar mucho tiempo en una suerte de
agujero de cuya existencia no tienen explicación.
Según esta teoría, ser parte de un sistema familiar significa entre
otras cosas, tener claros desde la infancia ciertos valores y principios, los
que generan en cada uno de nosotros el sentido de pertenencia a este núcleo.
Esto en el caso de los niños, será fuente de amor incondicional hacia su
sistema, sin importar cómo éste se desarrolle.
De esta manera, “todo aquello que no es habitual en nuestro entorno
familiar o que es mal visto por los nuestros, nos generará miedo, desconfianza”
o simplemente una difícil integración.
Por otro lado, el método enuncia que cualquier cosa que se reprima
dentro de una familia, tenderá a “aflorar de nuevo en busca de orden”,
entendiendo también a la represión como la forma de “enterrar” destinos
difíciles que pudieron haber ocurrido en el pasado de la familia y que “han dejado
huellas profundas” dentro de la información psíquica y del inconsciente
colectivo del núcleo.
Estos sucesos dolorosos podrían trascender en el tiempo, “generando
síntomas que se pondrían de manifiesto tarde o temprano en los más sensibles”,
los que generalmente son hijos, nietos o descendientes de generaciones
posteriores.
Las palabras de Bert Hellinger… “Quien se considera demasiado noble para
enojarse, destruye la relación”, hablaba un poco de la importancia de
establecer un equilibrio en nuestras relaciones…él partía de que debe existir
una compensación regida por el amor y se diferencia solo en el caso de los
padres que dan sin límites y de cuando en cuando ceden…
Es hermosa la capacidad de servicio en la que doy sin esperar
recompensa…pero cabe preguntarse si en realidad servimos al otro…cuando le
damos sin tomar en cuenta lo que esa persona desea …así nos vamos relacionando
con este “falso amor”, el cual genera un profundo dolor, tanto para la persona
que da (porque sentirá que su corazón se desgarra si ni siquiera recibe una
muestra de afecto o sentirá que merece ser canonizado)… y también para la
persona que recibe que se le van llenando las manos de regalos inútiles que
solo le impiden su libre movilidad (y siente una gran culpabilidad de no tener
las manos vacías para poder siquiera abrir algunos de estos regalos).
El verdadero amor trae un equilibrio entre el dar y el recibir…el amor
no se da con la finalidad de “ganar el amor del otro” ni se rechaza porque “no
soy lo suficientemente buena como para merecerlo”.
El amor siempre es un acto de reconocimiento… cuando encuentras a la
persona que amas, un acto de reconocimiento antiguo nos reúne. Es como si
millones de años antes de que la naturaleza abriera un circulo sagrado y de
pronto en el amor se cierra y tenemos la seguridad que lo que hay de antiguo
entre ambos nos cuidará, abrigará y unirá. Cuando dos personas se enamoran,
pasan de la soledad del exilio a la casa única de su comunión. Se agradece al
universo, a Dios el que esa persona apareciera por fin en nuestras vidas…cada
una reconoce en la otra a aquella en la cual su corazón encontrará refugio. El
amor jamás debe ser una carga, porque hay algo más entre ambos que la presencia
mutua y uno de los grandes poderes del amor es el equilibrio, que nos ayuda a
alcanzar la transfiguración. Cuando dos personas se unen, un círculo antiguo se
cierra en torno de ellos. Asimismo, no llegan a la unión con las manos vacías,
sino repletas de obsequios.
"Quien eres depende de tres
factores: lo que heredaste, lo que tu entorno hizo de ti, y lo que tú has hecho
de tu entorno y de tu herencia con tu libre elección".
Aldous Huxley
¿Te has preguntado alguna vez por qué te pasa lo que te pasa? ¿Cuáles
son las fuerzas y motivaciones que te hacen actuar como actúas, sentir como
sientes, pensar como piensas?
Sigmund Freud nombró el inconsciente como origen. Se lo podría imaginar
como el centro de control automático. La investigación científica actual sobre
el cerebro humano dice que el 98% de las actividades de nuestro cerebro son
inconscientes. Esto nos da una idea de lo mucho que no sabemos. O de lo poco
que sabemos.
Bert Hellinger descubrió que la instancia inconsciente en uno que vela
sobre las relaciones con su familia, y de igual manera sobre su relación con
otros grupos a los que pertenece, son las conciencias. Se puede distinguir la
conciencia individual, la conciencia del grupo y la conciencia del colectivo
entero que es la humanidad. La conciencia no es lo mismo que la moral o la
ética, sino que funciona más bien como el sentido de equilibrio, que nos indica
cuándo estamos en peligro de caer.
La conciencia nos indica cuándo nos alejamos del grupo, poniendo así en
peligro nuestra pertenencia a él.
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