AGRESIÓN PSICOLÓGICA
Del Chantaje a la Sana Auto- independencia
Usted puede ser víctima
¿Le está sucediendo algo
similar? Muy bien: se trata de las consecuencias de la agresión psicológica. Prepárese
a ponerse firme y a terminar con esa situación.
Detección
Es fundamental conocer la forma
en que trabaja un agresor. Es un individuo que planifica sus estrategias y,
para tener éxito, apela a diferentes recursos. Básicamente, este tipo de
atacante pone en práctica sistemáticamente las siguientes técnicas:
La mentira. Es su arma principal. Como lo
que más le importa es la trama que va tejiendo alrededor de usted, puede decir
cualquier mentira que le sea útil en un momento determinado.
El chantaje. Siempre propone intercambios
que supuestamente benefician a su víctima, pero no son más que burdas
maniobras.
La generación de miedo. La idea de
proteger siempre es falsa en el acosador. Lo que en realidad quiere transmitir
es miedo. En ese contexto, puede actuar como “salvador”, solucionando los
problemas que él ha fabricado.
La culpa. Uno de sus recursos predilectos.
Si logra provocar culpa, hará que sea usted quien acuda a él.
La orden. Directamente, cuando vea que
quiere escapar de la persecución, acudirá a todo el poder que tenga sobre
usted.
Violencia mental
El acosador utiliza contra su víctima
lo que los profesionales denominan “crueldad mental”: violencia, o ensañamiento
que ejerce una persona contra otra sin agresión física, pero sí emocional y
psíquica. El acoso en sí consiste en la persecución con presiones y apremio
para conseguir algo contra la voluntad de la víctima.
Como ve, no es algo con lo que
se pueda ser sutil ni suave al afrontarlo.
Es interesante señalar que esto
ya está lejos de ser algo excepcional. Por el contrario, los expertos afirman
que esta situación prolifera a nuestro alrededor: manipulaciones, intrigas,
presiones, zancadillas, desprecios… Y en todos los terrenos de la vida
cotidiana: pareja, familia, escuela, trabajo. Esto podría provenir de un
problema de falta de autoestima generalizada en la sociedad, generada por la
crisis de valores, inseguridad en uno mismo y presión social constante.
Prevención ante todo
Quien se somete a una situación
de acoso psicológico no es el tipo de persona que “comprenderá” o “aprenderá”
fácilmente, y la solución, en todo caso, no pasa por lo que usted intente
lograr. Debe hacer acopio de energías y seguir del camino por donde su
perseguidor transita. No hay posibilidades de prolongar en el tiempo su actitud
de tratar de adaptarse a la situación o buscar que el acosador comprenda. Sólo
se librará de la desagradable situación encarando una serie de acciones
directas y concretas.
Para ponerse en acción, debe
fijar sus propias reglas de conducta. Es lo primero que conmoverá al acosador,
que es quien quiere fijarlas por usted. Luego, intente poner en práctica los
principios que le proponemos y empezará a deshacerse de esta molesta agresión
que puede llegar a causarle mucho daño.
Estrategias de defensa
Lo primero que usted debe hacer
es evitar enfrentarse abiertamente. Eso es lo que estimula al acosador. No
tolere situaciones donde, supuestamente “por su bien”, intenta tomar decisiones
por usted y decirle lo que debe hacer. Siempre tratará de utilizar todos sus
recursos para influenciarlo y someterlo, y así mantener el poder sobre usted.
Suele utilizar recursos como: “¿Para qué almuerzas con tu hermana una vez a la
semana, si ella no te necesita para nada?”, o “Este nuevo cliente no es bueno
para ti, creo que lo atendera tu compañera”. Ante esta clase de situaciones:
Confirme su postura
Responda firmemente ante estos
recursos de sometimiento. “Puede que mi hermana no me necesite, pero me encanta
estar con ella”, o “Me parece bien que deribe el cliente a mi compañera si
confía en ella, pero sepa que me encanta contactar nuevos clientes”. El
acosador espera que vacile, así que nunca lo haga.
Trate de dialogar francamente con él
Pero si ve que se niega
-abiertamente o no- a hacerlo, deje las cosas como están. Recuerde que él busca
el enfrentamiento para ejercer su supuesto dominio.
Nunca le hable en todo confidente
Reduzca todo intercambio
personal o íntimo, porque así no le dará opción a que use la demagogia o pueda
manipular hechos o intenciones. Y, por supuesto, si se trata de una relación de
trabajo, evite toda invitación o sugerencia de almorzar juntos, tomar café,
etcétera.
Marque los límites
Mantenga claramente las
distancias. Aun cuando pueda evitar el trato (por ejemplo por cuestiones
laborales), fije un marco en el que ese trato se manejará.
Apóyese en los demás
Confiando en amigos o
compañeros, haciéndolos participar del problema que tiene, hallará esa
seguridad de la cual las actitudes de su perseguidor, a veces, le generan
dudas.
No deje pasar desapercibido a su agresor
Aclare siempre la situación
señálelo con nombre y apellido, diciendo claramente cuánto le molesta la situación.
Y no se desanime si la primera actitud de la persona a la que le cuenta lo que
lo que pasa es minimizar el hecho, pero manténgase firme en expresar lo que le
sucede.
Trate de reunir pruebas de lo que pasa
Una agresión psicológica se
enfrenta con hechos concretos. Por ejemplo: si el perseguidor lo molesta con
llamadas telefónicas, grábelas. Junte notas, cartas, todo lo que sea palpable
como prueba. Pero siempre manteniendo cierta distancia de la situación, para
que esto no se convierta en una obsesión incontrolable.
Actitud mental frente al agresor
Una vez que usted haya aprendido
a detectar a un agresor psíquico y conozca la forma en que éste procede, puede desviar
el mal simplemente con el poder de su pensamiento. Tenga en cuenta que la
negatividad siempre puede invertirse y ser transformada en algo inocuo o,
incluso, positivo. Cuando sienta las vibraciones adversas que surgen de su
agresor, concentre su propio pensamiento en esa energía y trate de visualizarla
como una nube negra que permanece suspendida entre los dos. Reprográmela poco a
poco, utilizando su mente. Imagine que lentamente la nube se va disipando,
disolviendo hasta desaparecer por completo. En su lugar, cree en su pensamiento
un cristal fino pero indestructible, totalmente transparente. Será una barrera
entre usted y su agresor, pero le permitirá verlo y vigilarlo de tal manera que
siempre será consciente de sus intenciones.
Trate de ser muy objetivo en esto…
Nadie tiene porque intimidarlo y / o chantajearlo… Recuerde, detrás de un
agresor hay mucho miedo y el temor más grande que ostenta es el del “abandono”
curiosamente!
Antes de ser agredido y /o sensibilizarse va a buscar la manera de agredir o chantajear; generar culpa en
los demás se torna su deporte favorito… Para que exista un chantajista se
necesitan dos: El y quien le permita el chantaje y se enganche con él... al no permitirle más, su poder decaerá.
La mejor manera de acabar con esto
es Permanecer plenamente consciente de Quién es usted, cuánto vale y la
orientación que persiguen sus metas a realizar de forma totalmente
independiente; la Clave: Una sana autoestima y la certeza de que para que él
exista necesita de Usted.
Visita mi página que está
totalmente a tu disposición y anexa tus comentarios que seguramente la
enriquecerán.
Psicot. Ma. Del Consuelo de la
Hidalga.
NO MÁS VIOLENCIA, CHANTAJE Y ABUSO EMOCIONAL...
ResponderEliminarDEVELAR LA MÁSCARA DE NUESTRO AGRESOR Y COMPRENDER LA PROCEDENCIA DE SU COMPORTAMIENTO PATOLÓGICO...
Dime cuáles son tus miedos y te descubrirás como un agresor...
NO MÁS VIOLENCIA, CHANTAJE Y ABUSO EMOCIONAL...
ResponderEliminarDEVELAR LA MÁSCARA DE NUESTRO AGRESOR Y COMPRENDER LA PROCEDENCIA DE SU COMPORTAMIENTO PATOLÓGICO...
Dime cuáles son tus miedos y te descubrirás como un agresor...