miércoles, 27 de mayo de 2015

HAY AMOR SIN COMPROMISO ?


 

HAY AMOR SIN COMPROMISO?
El orden bueno
Lo que Hellinger presenta es un orden antiguo que actúa en nuestro interior. Este orden nos determina mucho más de lo que conscientemente sabemos. En las constelaciones, los representantes reaccionan espontáneamente, mostrando los sentimientos que provienen del lugar que ocupan. Experimentando con diferentes posiciones y expresando sentimientos y mensajes claves, se puede averiguar si algo corresponde a la dinámica reinante en la constelación. Sólo si un paso sirve para apaciguar el sistema entero, sólo si todos los miembros de la red relacional se sienten aceptados y acogidos, se puede hablar de un orden bueno. Un orden impuesto desde fuera permanece en la superficie, mientras que un orden que emana del interior también actúa en lo profundo.
Por su gran importancia quisiera repetir este punto: ¡Este orden no es ninguna base ideológica! Exige, en cada caso concreto, una comprobación basada en las reacciones de los participantes. Así pues, mediante este trabajo, una y otra vez se logra traer a la luz lo oculto y hacer visibles las causas de determinados conflictos. La realidad aceptada es liberadora, disuelve las implicaciones en viejas ilusiones y abre el paso a la reconciliación. De esta manera, la perspectiva se amplía y, con ella, también la responsabilidad.
Sin embargo, estas constelaciones no sólo explican y resuelven casos individuales. Aquello que en muchas constelaciones resulta igual o similar nos permite deducir las estructuras generales que rigen en nuestras relaciones.



Dar y tomar
A la larga, una relación únicamente puede ir bien si en ella existe un equilibrio entre dar y tomar. Siempre que sólo es una parte la que da, se crean un desequilibrio y una tensión que nos apremian a buscar la compensación. En cuanto el otro devuelve algo, la tensión puede cesar. Si éste último da un poco más de lo que recibió, se mantiene una tensión buena en la relación.
"La felicidad en una relación depende de la medida en que se toma y se da. Un movimiento reducido sólo trae ganacias reducidas. Cuanto más extenso sea el intercambio, tanto más profunda será la felicidad. Sin embargo, existe una gran desventaja: la vinculación resulta aún más fuerte. El que quiera la libertad, tan sólo puede dar y tomar muy poco y tan sólo puede permitir un intercambio muy reducido entre ambas partes." (También las demás citas de Hellinger se ponen en cursivas.)
Aquellas relaciones en las que únicamente uno da, mientras que el otro tan sólo toma, corren el peligro de fracasar. En algún momento, uno de los dos ya no soporta el desequilibrio - ¡y puede ser muy bien aquél que recibió demasiado! - y se va.
Lo que vale para la compensación del bien, también es válido para la compensación del mal. En cuanto uno comete una injusticia con el otro, hiriéndolo, se desarrolla la misma necesidad de compensación. El autor debería ofrecer un sacrificio o algún tipo de satisfacción que aproximadamente corresponda a lo que hizo; así favorece la relación. También es correcto exigir la compensación. Para la compensación del mal resulta especialmente provechoso exigir algo menos que el otro hizo.


El que se considera demasiado noble para exigir la compensación, por ejemplo perdonando generosamente, daña la relación, ya que no resuelve la necesidad de compensación de una manera humanamente comprensible. Todo lo contrario, aún agrava el desequilibrio, ya que, por una parte, él es la víctima, por otra parte, se pone por encima del otro, perdonándole. Esta es una de las razones por las que Hellinger dice: Muchas veces, el que parece ser el bueno, en realidad es el malo.


La vinculación
Frecuentemente, las constelaciones ofrecen una imagen fascinante en cuanto se configuran las relaciones con parejas anteriores, especialmente con un primer amor. Aunque haga veinte o treinta años de eso, los representantes se miran radiantes, mostrando claramente la fuerte atracción que sienten. Es un vínculo sorprendente que aquí aparece y que la persona que configura la constelación no conocía conscientemente en toda su profundidad. Tampoco hay ninguna diferencia si la relación, hacia fuera, estaba legalizada o no. Por tanto, en las constelaciones es correcto hablar de "tu marido" o de "tu mujer" siempre que se trate de un vínculo serio.

¿Cómo puede darse esta vinculación? La sexualidad unida al amor vincula. En cuanto dos personas hacen el amor - con amor -, se crea un vínculo, independientemente de si lo quieren o no, de si tenga sentido, corresponda, sea socialmente aceptable, o no.
Este vínculo tiende a una unión duradera, es decir al matrimonio. Si uno quiere el matrimonio, pero el otro se niega, esta negación se vive como una herida que puede llevar al fracaso de la relación. En el trabajo con constelaciones, al hablar de una relación de muchos años, la pregunta de Hellinger es: ¿Por qué no os casásteis? (Al mismo tiempo suena en mis oídos la frase de Osho: "El matrimonio es la muerte del amor."- ¿Pero quizás, una vez muerto el amor, no tenga ninguna importancia saber si fue por el matrimonio o por no estar casados?)
Tampoco este vínculo es indisoluble. Así, por ejemplo, una mujer, cuyo marido está paralítico desde que tuvo un accidente, acude a la terapia familiar. Hellinger le dice que cada uno tiene que llevar sólo una suerte así, sin poder esperar que su pareja siga atada toda su vida.
El vínculo es más fuerte en la primera relación, es decir que con cada separación y cada nueva relación decrece. El que muchas veces se separa, poco a poco pierde la fuerte vinculación original con una pareja. Sin embargo, hay que distinguir claramente entre vínculo y amor.
 
"La segunda relación ya no tiene la misma profundidad que la primera. No puede tenerla, ni tiene por qué tenerla. Sin embargo, no quiere decir que será menos feliz o que habrá menos amor. Incluso puede ser que el amor en la segunda relación sea más grande y más profundo. Sólo una vinculación en el sentido original, como en una primera relación, se les niega."
 
Hellinger subraya que no existe la pareja única y verdadera; todo lo contrario: el que convierte a su pareja en la única ("Si te fueras, no lo resistiría"), exige demasiado de la relación. Esta dependencia corresponde a la relación de un hijo con sus padres, pero no entre adultos. En cambio, hay que decir: "El mejor hombre y la mejor mujer raras veces se encuentran. Por regla general, el hombre bueno y la mujer buena son suficientes."


martes, 12 de mayo de 2015

ERES CODEPENDIENTE?


  AHORA PODREMOS SABERLO A TRAVÉS DE ESTA SENCILLA ENCUESTA...

Dado que el primer paso para salir de una enfermedad es reconocerla, proponemos una serie de preguntas recopiladas de varios cuestionarios usados en el tratamiento de la codependencia.
Responde al cuestionario con sí ó no.
  1. ¿Te comprometes demasiado?
  2. ¿Te ves forzado a ayudar a otros a resolver sus problemas? (Por ejemplo, ¿ofreces consejos que no te piden?).
  3. ¿Te sientes demasiado responsable de los sentimientos, pensamientos, acciones, necesidades y bienestar de otros?.
  4. ¿Te enorgulleces de crear calma en una situación caótica?
  5. ¿Tratas de complacer a otros y nunca a ti mismo?
  6. ¿Te cuesta trabajo expresar tus sentimientos?
  7. ¿Tienes dificultad en completar un proyecto? (llevarlo a cabo de principio a fin)
  8. ¿Tienes dificultad para divertirte?
  9. ¿Creciste en medio de demasiados "deberías"?
  10. ¿Tiendes a ignorar problemas y pretendes que no existen?
  11. ¿Creciste en una familia problemática, reprimida, químicamente dependiente o disfuncional?
  12. ¿Sientes que si no eres productivo no vales?
  13. ¿Te sientes incómodo cuando te alaban?
  14. ¿Te sientes atrapado en las relaciones?
  15. ¿Quisieras tener más tiempo para ejercicios, aficiones o deportes?
  16. ¿Dices muy seguido que ya no tolerarás más ciertas conductas de otras personas?
  17. ¿Te sientes a menudo "loco" y ya no sabes qué es ser "normal".
  18. ¿Te sientes muy ansioso por un cambio o promoción en el trabajo?
  19. ¿Mientes o exageras, cuando sería igual de fácil decir la verdad?
  20. ¿Buscas constante aprobación y afirmación?
  21. ¿Tienes miedo de tu propia ira?
  22. ¿Buscas personas necesitadas para ayudarlas?
  23. ¿Tratas de guardar tus sentimientos para ti mismo y poner buena cara?
  24. Cuando tienes pereza, ¿te excusas?
  25. ¿Llegas siempre tarde a las citas, reuniones, etcétera?
  26. ¿Te sientes cansado y sin energía?
  27. ¿Sientes que si no te llevas bien con tu superior, es por tu culpa?
  28. ¿Te disgusta tomar cualquier riesgo?
  29. ¿Tiendes a gastar el dinero compulsivamente, comer más de lo debido, tomar tranquilizantes, fumar, trabajar en exceso, o beber demasiado?
  30. ¿Has perdido interés en el sexo?
  31. ¿Tienes frecuentes problemas médicos con colitis, úlceras, hipertensión, asma, dolores de cabeza o de espalda?
  32. ¿Te accidentas frecuentemente?
  33. ¿Tienes miedo al abandono, a la soledad, al rechazo?
  34. ¿Tiendes a menospreciar los problemas, a racionalizarlos y frecuentemente dices, "sí, pero..."?
  35. ¿Te encuentras frecuentemente culpando a otros?
Si tu calificación es mayor de cinco respuestas afirmativas, puedes considerarte una persona codependiente.[María Esther Barnetche de Castillo, Elia María Barnetche de Maqueo, Tesha Prieto de Martínez Báez, Quiero Ser Libre, Manual de Trabajo, 28-29]
En la práctica soy codependiente cuando yo pienso que soy responsable de los pensamientos, los sentimientos y las acciones del otro, y pienso que el otro es responsable de mis pensamientos, mis sentimientos, y mis acciones. Hay cierta confusión o mezcla de identidades en una relación codependiente. Un codependiente no sabe dónde termina él, y dónde empieza la otra persona.

Este cuestionario, tan sencillo pero muy asertivo, nos dará la pauta para reconocer si somos "codependientes" ... reconocerlo es en sí  un paso enorme para atender y resolver nuestra manera adictiva de vivir. Lo sano, y lo auténtico es Vivir en Libertad asumiendo nuestra responsabilidad ... DEJAR DE MANIPULAR!
SOLAMENTE SER UNO MISMO!!!