sábado, 7 de marzo de 2015

EL AMOR ES PARA ESPÍRITUS VALIENTES



El amor es para valientes...

para hombres y mujeres en deseo de culminación,
no para machos ni hembras con el deseo oculto de aparearse,
ni para personas que buscan hallar la completitud que no ven en sí mismos,
ni para quienes busquen la aprobación o simpatía de otros,
ni el consuelo de las carencias internas
ni el paliativo a su deficiente formación.

¡No, mi hermano!
Ese remedo autocomplaciente de afectos y placeres
ni siquiera llega a añorarlo,
ni siquiera es capaz de imaginarlo;
pues ni siquiera el objetivo tienen de buscarlo
sino solamente hacerse sentir algo…

Es la penosa y repugnante condición pseudo-humana que arrastra a las personas actuales, carentes de individualidad y de resistencia para el auto-control, lo que ha degrado convenientemente al Amor, a un vil acto, una sensación, un concepto, cuando la realidad del Amor está en la Fuerza perfecta que ata a sus participantes al Orden, aplicando Justicia a los elementos que ofrecen Resistencia a ésta.

Oh que desgraciados sois humanos… volviendo público lo que sé disfruta en privado, y dejando tecnificada a grados de placer, la unión y vínculo entre seres…
Lo vuelven mundano.
Cuando el amor es dación, entrega segura y plena, sin buscar llenar siquiera…
El amor es para valientes,

para los que lo sufren en silencio,
para los dispuestos a dar, sin delinquir en una espera recíproca,
es para aquellos que de su gozoso dolor logran el perfeccionamiento de sus espíritus y la cristalización de sus almas.
Amar no es tarea fácil ni para cualquiera entonces.

Sólo será para quien dispuesto a pagar con vida sus tan exquisitos tesoros;
Formase así tan pulcro y tan recto, ganando con ello, la membresía en el tan exclusivo oficio de amar.
Tened pues, a consideración la advertencia del padre,

que sí queréis “amaros los unos a los otros…” ha de ser…
“como os he amado”.










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