Nos unimos con una pareja por asuntos
que van más allá de lo que ves, sientes o escuchas. Cuándo te preguntas
por qué lo amo, por qué la amo, no es posible dar una respuesta desde la lógica
racional. Es un asunto que moviliza nuestro inconsciente. Escucha, siente
y observa la propuesta de Clarisa Pinkola Estés, psicóloga y analista junguiana
en torno al tema: Cómo elegir un compañero para una relación de toda la vida.
La magia del primer instante, de los primeros meses se disipa cuando aparecen
nuestras sombras, es el momento en que muchos lo tiran todo. Decía un
psicólogo junguiano bastante sabio que las parejas deberían casarse de overol y
de mochila al hombro, pues la relación de pareja implica un intenso trabajo, la
mochila será para ir sacando las piedras.
1- Elige a alguien como si fueras ciego.
Cierra los ojos y observa qué puedes
sentir de esa persona, de su gentileza, su lealtad, su comprensión, su
devoción, su habilidad para ocuparse de ti, su habilidad para cuidar de sí
mismo como un ser independiente. En nuestra cultura nos basamos mucho en lo que
vemos con nuestros ojos externos. Pero cuando miramos al objeto de nuestro
amor, es mucho más importante lo que vemos con los ojos cerrados.
2- Elige a alguien que tenga la
habilidad de aprender.
Si hay algo que verdaderamente hace
diferencia entre un amante para toda la vida y uno fugaz, es una persona que
tenga la habilidad de aprender. Dice el refrán “el ignorante es poco
tolerante”. Aquellos que no pueden aprender cosas nuevas, ver las cosas a la
luz de lo nuevo, ser curiosos acerca del mundo y de cómo funcionan las cosas o
las personas, a menudo se cierran y dicen. “No, esto tiene que ser así, de este
modo” y para una relación de toda la vida es mejor estar con alguien que se
abra y se cierre aprendiendo y evolucionando.
3- Elige a alguien que quiera ser como
tú, fuerte y sensible a la vez.
Para no confundir el significado de
estas palabras, no relacionarlas con la rigidez y la fragilidad. La fuerza en
el sentido en que es fuerte un árbol: pueden soplar fuertes vientos pero se
sostendrá porque es flexible y se moverá para adelante y para atrás con el
viento. Y en cuando a la sensibilidad, estoy hablando de ver, estar alerta a
las cosas que están alrededor de uno. Algunas personas pueden necesitar una
pequeña ayuda en esto, pero a menudo en algún lugar profundo en su mente, o en
su corazón, ya están despiertos y alerta a todas estas cosas, si bien no saben
cómo articularlas. Y es por eso que el número 2 es tan importante: la habilidad
para aprender. Puedes tener todas las posibilidades, todas las potencialidades
del mundo para ser amable, amoroso, devoto, bueno y el mejor amante conocido
del género humano pero si no puedes aprender a desarrollar ese potencial.
¡Entonces no sirve de nada!
4- Elige a alguien que cuando lo hieras,
sienta dolor y te lo muestre.
Y viceversa... elige a alguien que cuando te
hiera, vea tu dolor y lo registre. Esto es muy importante. Hay muchos modos en
que la gente muestra el dolor. A veces reclamando es una de las cosas que hacen
las personas más extrovertidas. Reclaman, se vuelven locos... pero es su propia
expresión de dolor. Lo peor es cuando le haces a tu compañero algo que no es
amable, o que es impensado y él no muestra reacción. Como si no se permitiera a
sí mismo mostrarse verdaderamente humano en tu presencia. Pasamos por muchas
relaciones o unas cuantas, antes de encontrar a alguien con quien querríamos
pasar nuestra vida. Sentimos las heridas en tantas relaciones que empezaban con
grandes esperanzas pero que terminaban con fallas y accidentes. Por otro lado,
te vas a encontrar con otro que no está intacto, que también está herido de
algún modo. Como resultado de esto es que la habilidad de tu compañero de
mostrar su dolor es tan importante como su habilidad para percibir tu dolor.
¡Es muy importante! Porque por naturaleza de las relaciones hay momentos de
tensión en que presionamos o hicimos algo que lastimó al otro y esto no puede
ser evitado completamente, pero no debe ser la misma herida una y otra vez. La gente
tiene que aprender cada vez. Puede que alguien haya acumulado enojo y
sufrimiento, heridas de los amantes anteriores, y haya adquirido así la
habilidad de herir al nuevo amante y hasta ser desbordado por el deseo de
herirlo. Entonces debe ser capaz de parar, de detenerse cuando ve el dolor en
la otra persona.
5- Elige a una persona que tenga una
vida interior.
Trabajando, dibujando, escribiendo, a
través de la meditación, la religión, algo que ame. Elige a una persona que
esté en viaje y te vea como a un compañero de camino, un compañero de viaje. La
habilidad para estar completamente con el otro y al mismo tiempo enteramente
separado es muy importante. Las relaciones son cíclicas y hay momentos para
estar muy cerca el uno del otro y otros momentos para apartarse.
6- Elige a alguien que tenga pasiones
similares a las tuyas en la vida.
Una relación construye una memoria.
Estas memorias, lo compartido, son el “pegamento” lo que une la relación. Por
el placer que es recordar buenos tiempos juntos, pero también los tiempos
duros. Si no hay nada que verdaderamente disfruten juntos, es muy difícil pasar
estos tiempos con el otro. Aun cuando cada uno pueda ser muy distinto del otro
y hacer cosas muy diferentes, tiene que haber algo, algo tan simple como descansar
juntos en la bañera o secarse juntos el pelo al sol, o dar vuelta a la manzana
cada noche, o cualquier cosa de estas muy simple... sé que estarás pensando,
cepillarse juntos los dientes a la mañana... Si, poco más que esto.
7- Elige a alguien que tenga valores
similares En cuanto a tener hijos, al nacimiento de los niños, la familia,
roles de hombres y mujeres y las ideas acerca del dinero y la religión.
Tal vez todas estas cosas juntas son
el ideal y no las puedas encontrar todas sobre todo al principio de la
relación, pero puedes tener esto en cuenta. Elegir a alguien que tenga valores
similares tiene que ver con disminuir las fricciones en la relación y estas
cosas deben sintonizarse si ha verdadero compromiso. Esta sintonía debe darse
también en un nivel pragmático y cuando se da en estos niveles prácticos en más
fácil que pueda darse en otros niveles más sutiles.
8- Elige a alguien compasivo, a alguien
que sea capaz de escuchar, a alguien que te dé tiempo.
Particularmente si eres una persona
impulsiva, al tener un compañero que no sea tan impulsivo como tú,
eventualmente hallarás cierta lentitud que será buena para ti. También alguien
que sea un poco lento, al estar con un compañero que sea bien distinto se
acelerará un poco. Y podrán después de un tiempo hallar un ritmo propio de la
relación. A veces las personas tienen que estar ocho o nueve años hasta tener
este ritmo completamente desarrollado. Lleva tiempo construir un milagro... no
un milagro porque estén juntos sino por la fuerza que hay en el centro de una
relación por la profunda guía del amor.
9- Elige a alguien que se pueda reír de
sí mismo.
Poder hacer un chiste y reír de la
situación y de sí mismo es muy importante. Pero supongamos que no tienes un
compañero muy chistoso, elige a alguien que pueda parar una discusión y
aprender a reírse de la situación (vuelve al punto 2, alguien que tenga
habilidad para aprender)
10- Elige a alguien a quien puedas
tolerarle las fallas y características.
En los momentos de tensión y cansancio, las cosas
que más te atraerían de un compañero, las cosas más encantadoras, serían las
que después te volvería loca... Así que no pienses que podrías vivir con
alguien que tiene cosas que realmente molesta a las otras personas y que para
ti no son importantes porque él o ella las está haciendo y él o ella es tu
amante. Hay algunas cosas que son intolerables en cualquier relación sea el
matrimonio o las sociedades y los negocios. Tales como el alcoholismo, el abuso
sexual, el juego, las actividades criminales, Una persona que no dice la
verdad, una persona que no te puede mirar a la cara, una persona por la que no
podrías dar fe, una persona que puede hacer cualquier cosa por tapar sus
errores. Todo eso sería construir una relación en un terreno inseguro.
11- Ser amigos y no-solo amantes.
Y no es solo que digas “si yo sé lo que eso
significa, significa que me guste y que lo ame” Significa más que eso y un modo
de juzgarlo es pensar. ¿Harías por tu pareja lo que estás dispuesta a hacer por
tu mejor amigo? ¿Estás dispuesta a escucharlo, estás dispuesta a hablar de las
cosas de las que él tiene ganas de hablar, a prestar atención a los detalles de
lo que dice o tiene ganas de hacer? Esto no significa que tengan que estar
cuidándose el uno al otro siempre y para siempre, pero sobre ciertas bases y en
algunos detalles por cierto que deben hacerlo. Entonces cuando pienses en lo
que harías por tu mejor amigo y en lo que harías por tu amante, las cosas se
aclararán para ti.
12- Elije a alguien que haga tu vida más
grande y no más pequeña.
Clarissa Pinkola
Estés
Imagen: Sonia Koch.